Sí era ella, Laura mi
vecina del 5º, me sorprendí al verla hacia ya muchos años que no nos habíamos
visto, justo desde que pasó lo de su marido conmigo. Seguía igual de pija y
estirada… pero bastante
más gorda y con el pelo plateado No me lo podía creer, era ella esperaba su turno
para facturar las dos maletas: una roja y otra azul. Esperé paciente a que terminara el papeleo para saludarla.
más gorda y con el pelo plateado No me lo podía creer, era ella esperaba su turno
para facturar las dos maletas: una roja y otra azul. Esperé paciente a que terminara el papeleo para saludarla.
Al darse la vuelta para
dirigirse a la sala de embarque la abordé.
—Hola Laura. Cómo
estas, cuánto tiempo sin vernos, cómo me alegro de verte. Ella me miró asombrada
con cara de espanto, tras sus enormes ojos saltones.
— ¿Es que no te
acuerdas de mí?—le dije en tono sarcástico.
—Pues la verdad es que
no… hace tantos años que nos marchamos los niños y yo a la Argentina, que de
aquí, recuerdo muy poco.
Sí mujer, soy Julia tu
vecina del 4º, la pelirroja, la que masticaba chicle todo el día y ponía la radio a todo
volumen. ¿No te acuerdas? La que se fue
de crucero con tu marido cuando te abandonó a ti y a los niños…
Fuerte, Maruja, pero me gusta. Los relatos breves han de ser como los buenos cafés: cortos y cargados.
ResponderEliminarCon el final has conseguido ese giro que despierta la sonrisa.
Un beso.
Pues sí que es una manera de saludar de nuevo. (Me hizo sonreír)
ResponderEliminarUn abrazo.
Después de la última explicación, creo que seguiría sin ninguna ganas de conocerla ni haberla conocido...
ResponderEliminarAunque el tema es duro, me ha hecho sonreír por la espontaneidad con que lo has tratado.
Saludos, Maruja.
Wow!! Y encima enrostrándoselo. Eso es mala leche.
ResponderEliminarNo me extraña que no recuerde. Hay episodios y personas que, si uno se lo propone (y es sano hacerlo), se borran para siempre de la memoria.
Muy bueno
Un beso
Muy bueno tu relato, pero con un mucho de mala leche. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Cruel. Una vecina cruel.
ResponderEliminarEn este caso olvidó antes la ofendida que la infractora. Así de caprichoso es el olvido.
Abrazos
Hola amiga tienes un regalo en mi blogs, te pasa y lo recoges y si te gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Jajajaja. Maruja, ese final no me lo esperaba, pero cuánto arte tienes, me ha encantado. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
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